EL SEÑOR DEL PIANO: MAURIZIO POLLINI. CONCIERTO DE MADRID

Martes, 12 de Febrero de 2019 10:48 Daniel Lopez Fidalgo
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 De la mano de Fundación Scherzo llegó a Madrid (único concierto en España)  el gran Maurizio Pollini. Al tiempo de la presentación de su nuevo disco presentó un programa de su gusto y especialidad:  Chopin, Debussy.

 Pollini es un pianista que aúna las virtudes de los grandes pianistas europeos, con una sobriedad exquisita que se mantiene indemne con el paso de los años. Rubinstein elogio su técnica en su primera juventud y el encuentro en Bolzano con Arturo Benedetti Michelangeli matizó todas esas virtudes para la consecución de una técnica clásica interpretativa que le mantiene en su venerable edad en lo más alto. Pollini es un intérprete de una hondura y profundidad, que en nuestra modesta opinión solo defienden en la actualidad los pianistas del acervo europeo como Zimerman o Kissin. Pollini no concede un solo gesto superfluo, no hace una sola ostentación de adorno, solo piensa en la partitura con sus dedos cercanos al teclado, basando su fuerza en el tercer dedo equilibrando la pulsación de una forma magistral, heredero directo de Rubinstein. Nos gusta tanto Pollini, porque su sonido es de una limpieza y una claridad incomparable. Fanático de la afinación, sabido es que viaja siempre con su propio piano, su Steinway que queda en manos de Fabbrini, a buen recaudo aclimatándose desde el día antes a las condiciones de humedad de la sala y retocado en su afinación limpia y tímbricamente bien distinta a los modos actuales. El repertorio de Pollini ha sido siempre ecléctico, es quizás el pianista de corte clásico de la vieja escuela que mas incursiones hizo en la modernidad conceptual. Luigi Nono, Stockhausen fueron objeto de su estudio, y Chopin y Debussy el sitio seguro que tanta gloria le ha dado. El concierto de Madrid, tal vez no sea posible verle más, fue una síntesis de sus mejores virtudes interpretativas, Chopin la primera parte y Debussy la segunda fueron regalo para los oídos, un regalo interpretativo de primer orden. Una sobriedad espartana acompañado de un sentido y un gusto realmente excepcionales. Un intérprete legendario, único e irrepetible.

Nuestro agradecimiento a Fundacion Scherzo