MAX RICHTER, ARTE SOBRE ARTE

Lunes, 18 de Marzo de 2013 11:23 DANIEL LOPEZFIDALGO
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max richter (c) Erik Weiss

Photo (c) Erik Weiss under permission 

Hay que tener las ideas claras y una valentía excepcional para hacer lo que ha hecho Max Richter. Tomar las Cuatro estaciones de Vivaldi, imaginarlas, sentirlas y transformarlas hasta recrearse en la belleza para crear arte. Max Richter (Alemania 1966) es uno de esos compositores que engrandecen la música, la sienten a todas horas. Richter es uno de esos compositores de la nueva era que con aspecto de hombre venido del futuro, trae al presente obras sublimes. 

La música contemporánea culta, no tiene por qué ser un compendio de sonidos insufribles, ondas martinot junto a sintetizadores cacofónicos, cajas de zapatos percutidas, campanas invertidas, en pos de unos sonidos que dejan al cerebro precisando de lobotomía. Demasiado nos hemos acostumbrado a las programaciones en salas que juntan a Mozart, o a Vivaldi con compositores de nuevo cuño que acaban por agriar la belleza hasta pudrirla. Philip Glass, Xenakis, Eno, Baranowski, Auerbach y la causa de todo, Arvo Part, son sólo algunos de los compositores que engrandecen la historia de la música. La música sinfónica o camerística contemporánea, puede ser tan maravillosa que merece que el gran público se acerque a ella sin temor. El temor tiene su causa; el horror que en muchas ocasiones se disfraza de arte sublime, inaccesible e ininteligible, inextricable que diría Borges,  esas piezas que suelen ir acompañadas del compositor de turno que sube al escenario a recoger su ramo de flores entre los fríos aplausos de un público que trata con resignación de no estropear el minuto de gloria al nuevo genio musical que recibe la ovación mas cálida del aplauso proclive y debido de sus subordinados de departamento en el conservatorio. Otra música contemporánea es posible, la música que es arte, que emociona, que toca el alma.

 

Richter acomete una obra de enorme altura, recrea la partitura de Vivaldi en una suerte de bellas formas que la dotan de modernidad y color sin renunciar a la esencia y con todo el respeto a la obra inspiradora.

 André de Ridder como director  y la  Konzerthaus Kammerorchester Berlin junto al violinista Daniel Hope conforman el grupo musical que apoya a Richter en esta maravillosa aventura. Hope, que con su disco Spheres está presentando al gran público la belleza del arte nuevo, se está convirtiendo en el sonido del violín más contemporáneo. La obra de Richter será recordada con el paso del tiempo: este disco merece tomarse un respiro para escucharlo y degustarlo. Arte sobre arte.

 

Última actualización el Viernes, 12 de Julio de 2013 07:48