Es tiempo de Eliane, es tiempo de dejar atras las tediosas obligaciones, es hora de dejar sin pila el reloj para no volverlo a mirar. Es tiempo de Eliane, que toma los sonidos que Astrud Gilberto le presta como quien deja un libro a un viejo amigio importándole poco que no lo devuelva. Es tiempo de dejar absorta el alma e hinchar los pulmones de aire salobre. Para ese momento, resulta imprescindible tener cerca este disco de Eliane Elias, aunque solo sea para dejarse acariciar.