CONVERSANDO CON ENRIQUE BERNALDO DE QUIROS

Domingo, 24 de Mayo de 2009 10:34 PATRIZIA BOTTA
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enrique b de quiros

ENRIQUE BERNALDO DE QUIRÓS

PATRIZIA BOTTA  Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla

 Nace en Moscú en 1981, de padre español y madre rusa. Hoy es uno de los pianistas más representativos de su generación en el panorama nacional. Empieza con 5 años tocando el piano privadamente y con 7 entra en una de las escuelas de mayor prestigio de la capital rusa.

     Cuéntenos su relación con este instrumento.En mi familia había mucho interés: mi madre es una aficionada tanto a la música clásica, como al ballet y también al teatro musical.Cuando tenía 5 años es ella quién me lleva a una profesora para que empiece a estudiar piano.Mis padres  me han ayudado mucho desde el principio y me han apoyado aún más después, cuando yo noto que es algo a lo que quiero dedicarme seriamente.             

 Desde luego la del piano fue una decisión muy acertada; de hecho, con 9 años, empecé también a estudiar clarinete, pero bastante pronto me di cuenta de que no era mi instrumento. El piano es un universo autosuficiente, que permite hacer las cosas que ningún otro instrumento consiente. Una sola persona puede crearlo todo. Las opciones en solitario son muchísimas, por otro lado se conjunta perfectamente con otros instrumentos.   

           ¿Cómo recuerda los años de su infancia como alumno en Moscú?De niño estudiaba en un colegio bilingüe por la mañana y frecuentaba la escuela de música por la tarde, por eso no tenía mucho tiempo para estar con los otros niños. Siendo yo hijo único, creo recordar haber vivido siempre en un mundo de adultos, en el que tuve que madurar pronto.Con los profesores en general había un trato bastante severo y distante, basado en el trabajo de cada día, con un nivel de disciplina relativamente duro y un grado de exigencias muy elevado.Pero yo tuve mucha suerte con mi primera maestra de piano, una persona atenta también al factor humano del alumno, amante de su profesión y que me inculcó lo mejor para mí.En las etapas iniciales, efectivamente, el papel del maestro es importante sobre todo para despertar el interés y crear afición  en el niño; un maestro  profesionalmente muy brillante es necesario en una fase más tardía, para depurar y perfeccionar la técnica.    

        Su debút en público a los 11 años: un recital en la Sala de Cámara del Conservatorio Tchaikovsky (Moscú) con piezas de Mozart y Schumann. Ud. ha declarado que, en momentos puntuales de su vida, se ha sentido especialmente cercano a  Schumann. Explíquenos el significado de esta afirmación. Schumann es el compositor más cambiante y más variado a lo largo del proceso del desarrollo de sus obras.Su locura, su enfermedad mental, su voluble estado de ánimo, sus frustraciones, sus problemas emocionales, están muy claramente plasmados en su música: tan inconstante, llena de cambios de humor, de ritmo, de tempo, nerviosa como su forma se ser y de pensar.Tocar bien Schumann probablemente es lo más difícil que hay, porque abarca una paleta tan enorme de emociones y de recursos técnicos, que hacerlo bien es realmente muy complejo.La música de Schumann ha marcado etapas puntuales de mi formación: mi primer recital en público, con el que di un claro paso hacia adelante en mi forma de tocar, y otra vez, ya con 20 años, cuando trabajé “El carnaval” opus 9, una de las obras que más me exigió a la hora de estudiarla.Por esta razón es un compositor tan importante en mi trayectoria musical y profesional y que además me ha aportado muchísimo como músico, como pianista y como comprendedor de la música. 

Tener empatía con los compositores que se interpretan implica llegar a ser ecléctico, de alguna forma identificarse con quien escribió la música. De hecho ser “sólo” técnicamente excelente no significa ser un grande. ¿Qué papel tiene la pasión en sus actuaciones?A la hora de tocar, una serie de cosas hay que darlas ya por hechas: te tiene que salir  técnicamente bien todo lo que esté escrito, no te puede faltar un trozo, no te puedes saltar un pasaje, no te puedes comer ninguna nota. El trabajo principal está entonces en comprender la obra y profundizar en ella, intentar  identificarse con lo que escribe el compositor, comunicarlo de una forma envolvente y trasmitirlo al público de la mejor manera posible.Tener cierta compatibilidad, empatía con el autor o entenderlo mejor, seguramente ayuda, pero en las etapas de formación es muy importante poder estudiar cualquier estilo, cualquier compositor.A lo largo de nuestra carrera desarrollamos ciertas preferencias a la hora de tocar, son preferencias que están dictadas por el físico, por las cuestiones técnicas, y también por la pasión con la que nos llegan las notas, porque la música se interioriza físicamente. Por eso es difícil que un  pianista, un músico toque igual de bien todo.           

 Llegando a Madrid (1993)  completa su formación musical estudiando en el Real Conservatorio Superior de Música antes y en la Escuela Superior de Música “Reina Sofía” después, y cosechando una serie de reconocimientos y premios dignos de mención, como “Viotti-Valsesia”, “Fundación Guerrero”, “Cipce” o “Ciudad de Oporto”.  A lo mejor es por eso que Ud. considera más sus raíces culturales españolas, en contraposición con su origen ruso. Aunque en mi nombre no figure ninguna referencia a mis orígenes rusos, siento muy cercano todo lo relacionado con la cultura rusa, vengo de un ambiente con un orden familiar de tipo eslavo y recibí mi educación de una madre rusa: esto se refleja básicamente en mi faceta más íntima. No quiero perder el contacto cultural y musical con Rusia, de hecho en 2008 fui seleccionado para uno de los concursos de piano más importantes que hay actualmente en el mundo: el “Sviatoslav Richter”, en Moscú.  Me apetece mucho volver allí para tocar porque es uno de los puntos obligado para cualquier músico.El pianismo, la interpretación y la música del siglo XX están íntimamente ligados con la escuela rusa en todas sus manifestaciones, tanto instrumentales como compositivas.Lo que tengo muy claro es que siempre que quiero actuar o voy a concursar fuera de España, estoy representando España, porque me siento muy español y estoy orgulloso de ello.La música española es una música de una gran calidad, inmerecidamente poco divulgada, por eso siempre he tenido interés en tocarla y hacer que la gente la escuche, tanto aquí como fuera: cuando fui al concurso de  Moscú llevé una obra de Albéniz que gustó mucho.Soy un admirador de esta música y me ha hecho mucha ilusión cuando en algunos concursos me han reconocido su interpretación con premios especiales.Así como en mis primeros años de formación en Rusia almacené capacidad de trabajo y disciplina, aquí en España he desarrollado un gran amor por la vida.La calidad de vida que ofrece un país como España, gracias a cosas tan comunes como el sol, el buen tiempo, la buena comida, afecta muy positivamente al estado de ánimo, estimula a querer hacer cosas, contribuye a vivir mejor.Estoy muy agradecido a este país que me ha permitido llegar a ser lo que soy en mi vida profesional.  Aquí tuve la gran suerte de poder trabajar en unas cuantas clases magistrales con Alicia de Larrocha, la autoridad más competente que ha habido nunca en España sobre la música española: lo recuerdo como uno de los acontecimientos más importantes para mí. Recibí grandes consejos de ella: en poco tiempo supo enriquecer de forma determinante mi visión de la música española.En Madrid también empecé a estudiar órgano con el Mº. Anselmo Serna. Fue un momento más bien de inquietud y búsqueda espiritual en el que estaba interesado por el ambiente que rodea este instrumento, por eso enfoqué todos mis estudios a la música barroca, especialmente la de Bach, que para mí es el sumum de lo espiritual, y a la música barroca española: un repertorio muy desconocido y casi olvidado del Siglo de Oro.           

 ¿Cuáles son las diferencias más significativas entre la pedagogía rusa y la española? 

Como sistema de formación, el modelo ruso es ante todo muy eficaz: crea una capacidad de trabajo grande ya en etapas tempranas, con lo cual el desarrollo de la formación sigue de una forma muy natural, en la que  los contenidos se asimilan rápidamente.El gran éxito de la metodología rusa se basa exactamente en eso. Aunque el nivel de disciplina que esto requiere pueda resultar un poco estresante, hay que tener en cuenta que la sociedad está ya acostumbrada a este tipo de enfoque, con lo cual  un niño ruso no siente que le estén realmente presionando.Los profesores se entregan totalmente al trabajo, tienen una aproximación más vocacional, muchísimo talento a la hora de dar clase y son de los más cotizados. Eso permite que la escuela rusa instrumental sigua a la cabeza del mundo.La cuestión de la metodología en España es que estamos todavía en una fase de búsqueda de un proyecto educativo, no podemos contar con una larga y consolidada tradición; por otro lado esto permite mucha libertad, mucha elasticidad a la hora de enfrentarse a la programación y consiente al alumno expresar más su personalidad.        

 Sin lugar a dudas, en España se estimula ya desde los primeros años el potencial creativo individual del alumno y en Rusia esto se fomenta sólo más tarde.Desde luego si me hubiese quedado en Rusia mi formación hubiera sido distinta, pero no me imagino de qué forma. 

Fundamental para un músico es tocar un repertorio lo más heterogéneo y amplio posible. Sus gustos vierten hacia los compositores alemanes, rusos y españoles. ¿Cuáles son las características que mejor les definen?

 La música alemana es muy apasionada, con Beethoven a la cabeza, los clásicos vieneses y el romanticismo de Schumann.El repertorio ruso es muy profundo, triste, refleja las penas de un pueblo que siempre ha sufrido mucho. Me gusta recordar entre otros Rachmaninov,  Prokoviev y Músorgsky (del que toqué “Cuadros de una exposición”). La música española es todo lo contrario: con su original rítmica es sol, color, alegría, pasión, ganas de vivir.Este carácter se encuentra bien reflejado en la “Suite Iberia” de Albéniz. 

Ud. ha tenido la suerte de estudiar con maestros del calibre de Galina Eguiazárova o Leonel Morales. ¿Cuánto han influido en el desarrollo de su carrera profesional?

 No puedo no hacer una breve mención a la primera profesora que tuve en Rusia, aunque pude apreciar sólo más tarde lo valioso que había sabido trasmitirme: aprender a trabajar con disciplina.En el Conservatorio de Música de Madrid estudié con Marisa Villalba, una persona muy reputada en España, con un gran amor por la música, que sabe trasmitir a sus alumnos.Finalmente la persona que más ha marcado mi evolución artística ha sido Galina Eguiazárova (una de las profesoras más destacada en el panorama ruso de aquellos años), con la que estudié desde los 17 años.Los inicios fueron duros: necesitaba de alguna forma ganar el tiempo perdido, llenar mis lagunas, depurar mi estilo y desarrollar capacidad de trabajo individual. Al cabo de un tiempo descubrí mi vocación y entonces empecé a formar mi personalidad musical y a disfrutar de sus clases. Desde luego todo lo que soy como músico se lo debo a ella. En los últimos años he tenido también contacto con otros músicos de renombre internacional, como Leonel Morales, de los cuales he recibido importantes consejos: todos, de alguna forma, me han ido influenciando.   

 Desde el 2004 es Ud. profesor de piano en el Conservatorio Profesional de Música de Majadahonda y en la Escuela Superior de Música “Reina Sofía”,  ¿Qué metodología adopta con sus alumnos en su labor pedagógica? 

Enseñar es el lado más artesanal de esta profesión. La enseñanza no es fácil, es muy sacrificada, hay que pensar constantemente lo que harías en el lugar del alumno; por otro lado este tipo de autoanálisis aporta muchísimo a los dos y ayuda a tocar de forma más consciente cosas que antes eran sólo instintivas.Mi metodología es trabajar de forma individual, como maestro y discípulo, corrigiendo sobre la marcha lo que no está bien; el punto está en intentar ver las necesidades que tiene el estudiante, sopesar sus capacidades y adaptarlas a los requisitos que tiene que cumplir.Al principio el trabajo del profesor consiste sobre todo en poner las herramientas adecuadas para  llegar allí. En etapas más avanzadas es interesante que el maestro sea un buen instrumentista: no hace falta que explique como hacer las cosas, simplemente que toque como él siente; el alumno sabe lo que quiere obtener, porque ya tiene capacidad y libertad para escoger lo que le interesa de él.La gratificación siempre llega cuando alguien te responde aprovechando lo que le estás trasmitiendo

¿Qué consejos daría a los que quieran seguir sus pasos? 

Les diría que para emprender esta carrera hay que tener condiciones y estar muy convencido, porque el camino es largo y complicado, pero merece la pena luchar por ello.Es un mundo difícil y el mercado está bastante saturado de gente buena, aunque siempre queda sitio para aquellos que destacan: yo confío mucho en que la historia pone a cada uno en su lugar.Ganas de trabajar duro, atención a los detalles, mucha constancia y positivismo son condiciones determinantes. 

En los últimos 5 años ha sido galardonado con más de 40 premios en concursos de prestigio internacional  (17 primeros premios). ¿Hasta qué punto son importantes los concursos para un pianista? 

Los concursos ofrecen básicamente dos cosas muy importantes: primero la ocasión de tocar delante de un  tribunal muy competente, lo cual obliga a poner en práctica todo el potencial desarrollado y la máxima capacidad de concentración para conseguir lo mejor. El segundo aliciente es que, más allá del incentivo en metálico, ganar un concurso permite tocar una serie de conciertos que son la forma más inmediata de tener trato con el público, algo fundamental también para la formación emotiva de cada intérprete. Muchos concursos tienen pruebas previas eliminatorias, con lo cual el componente competición juega un papel importante, en cierto modo es un reto, motiva mucho y consiente que afloren elementos nuevos y sorprendentes incluso para uno mismo.Personalmente el desafío me motiva y me estimula y por eso me parece bueno seguir probando. 

¿En qué momento exacto de su vida, Ud. madura la idea de ser pianista? 

La idea de ser pianista surge en mí más claramente alrededor de los 15 años, cuando empiezo a darme cuenta que tocar el piano no me cuesta demasiado esfuerzo, se me da bastante bien, me apetece estudiar y me gusta, y cuando algo le sale bien a alguien, le proporciona una gran satisfacción.Estudiando regularmente mucho más tiempo cada día, me presento a los primeros concursos y recibo algún premio: eso es la confirmación de que también a los demás les gustaba mi forma de tocar.Entonces decido estudiar  muy seriamente música y dedicarme exclusivamente al piano. 

 Si no hubiera sido pianista, se hubiera dedicado a la política, probablemente optando por la carrera diplomática. ¿Hay puntos en común entre estas dos profesiones? 

           Pensándolo bien lo que une la política y la música es la comunicación inmediata con la gente.En ambas hay una relación directa, un nudo casi impalpable que te acerca a quién tienes delante.Es lo mismo que en un concierto: se transmite entusiasmo, mientras vibran las cuerdas más íntimas de cada uno de nosotros.La fuerza de las ideas pasa a través de la piel para llegar hasta el corazón.Y siempre con creatividad.Lo que distingue las dos profesiones es el grado de riesgo, el nivel de responsabilidad. Deseché la idea de emprender la carrera diplomática al poco tiempo de dedicarme al piano, porque me di cuenta que era igualmente muy exigente y no me veía capaz de compaginar las dos cosas sin sacrificar la música.  La política sin embargo sigue fascinándome. 

Quienes hemos tenido el privilegio de escucharle, hemos percibido una peculiar energía que se desprende nada más sus manos acarician el teclado.  Es la genialidad, un talento que no se aprende y no se enseña.  Es un latido que alcanza y una emoción que embruja con la naturalidad del aire. ¿Cómo lo consigue?       

      Yo no puedo hacerlo de otra forma. Tengo la necesidad de expresarme así.El momento de tocar requiere una gran concentración mental porque siempre quiero hacerlo lo mejor posible: lo ideal es que todo salga impecable. En el tiempo previo al concierto estudio mucho, trato de interiorizar la música, madurarla, hacerla mía, consciente de que mi papel es el de hacer llegar al público el mensaje de belleza que el compositor quiso comunicar y supo traducir en notas: con los mismos temblores, las mismas emociones y los mismos sentimientos.Cuando percibo este “feeling” tan especial para mí es fantástico, muy placentero, casi abrumador. Noto que comparto con el público una mágica energía, que se libra una tensión emocional especialmente propicia.De hecho creo que sólo tocando con el alma se puede alcanzar el corazón de todos y cada uno. 

Y sin embargo muchos han querido ver una analogía entre la música y la matemática, una ciencia perfecta. ¿Qué piensa Ud. a propósito? 

Ha habido compositores del siglo XX que han hecho música matemática al cien por cien, incluso con ecuaciones.Desde luego la música tiene algo de ciencia. Es un ejercicio intelectual, no físico: cuando las cosas se comprenden, salen bien.Posiblemente no sea tan exacta como las “mates”, pero siempre tiene que haber una serie de proporciones en cualquier obra, cuando no la hay impera el caos en la música y es imposible entenderla.Lo que hace que la música sea comprensible para nosotros es la proporción que hay en ella.Pero cada obra es un mundo y cada compositor puede crear sus propias proporciones. 

Sobre Ud. se ha escrito ya mucho: que tiene un potente carisma, que cautiva, que el público más experto se pone de pié, que su personalidad artística es tan polifacética que abarca el virtuosismo, la originalidad, la expresividad, el aplomo, la destreza y la entrega. Quisiera  añadir que una buena dosis de sana humildad hace de catalizador en esta mezcla explosiva. ¿Cómo se compaginan tantas cualidades con su edad?

 En realidad nunca había pensado en todos estos elementos.Cuando me acerco al piano me guía la espontaneidad y me motiva el desafío constante conmigo mismo.Un artista vale también por su continua evolución, por su afán de mejorar, por su incesante movimiento.No se repite siempre igual a sí mismo, como haría un ordenador, produciendo clonaciones.En esta misma elasticidad se percibe la modernidad de la ejecución de una obra de arte. Interpretaciones que antes me parecían excelentes, ahora las considero buenas.La interpretación musical es un mundo muy precoz, se puede tocar con bastante madurez ya con 17 años, pero con el tiempo lo que se puede conseguir es entender más, tener un conocimiento, una explicación para todo lo que se hacía antes de forma intuitiva.Este contenido distinto es una meta realmente interesante por alcanzar.

 ¿Cómo se prepara antes de un concierto y qué hace después? 

El día del concierto estudio muy poco, repaso alguna cosa por la mañana, descanso y normalmente como ligero.Justo una media hora antes  lo que necesito es no tener a nadie alrededor, para poderme concentrar, respirar  y pensar sólo en tocar.Después de los conciertos, sin embargo, me gusta cenar bien y me apetece mucho estar en compañía. 

 Cuando no está completamente metido en su actividad ¿Qué le gusta hacer? ¿Qué género de música escucha?  Me gusta mucho leer: a veces manuales de técnica pianística, a veces los clásicos españoles o rusos, a veces poesía.En mis ratos libres lo que pretendo es distraerme, no pensar, por eso escucho música disco de los años 70, pop o rock.     

  Ud. pertenece al “Trío García Abril”  (violín, cello y piano). ¿Qué piensa de la música de cámara? 

Dentro de la música clásica, la música de cámara es un género altamente satisfactorio, apasionante y enriquecedor. Probablemente es con el que más disfruto.Por otro lado es muy sacrificado: el repertorio tiene que ser muy amplio y hay que estar mucho tiempo ensayando, sin poder tocar en público.A lo mejor por eso últimamente la música de cámara ha caído un poco en el olvido y suscita una menor demanda.             Pese a todo eso he decidido formar un trío que lleva ya 4 años.He querido darle este nombre porque he tenido mucha relación con Antón García Abril, a raíz del concurso que gané en Teruel en 2005 y que lleva su nombre. Toqué muchas obras suyas y también algún estreno y como él fue siempre muy amable, cercano y cordial conmigo, quise tener este detalle. 

¿Cuál ha sido el último trabajo del Trío? 

La última actividad del trío ha sido una gran satisfacción: un concierto en la Fundación “Juan March” de Madrid, en el mes de febrero.El programa fue muy interesante, hecho a medida para esta ocasión, algo distinto a lo que habíamos tocado antes: exclusivamente obras del siglo XX, algunas de compositores vivos, como Salvador Brotons o Antón García Abril  (que vino al concierto para arroparnos).Tocamos también un estreno absoluto: “Música de Cítaras” del Mº. Jorge Taramasco.Una obra muy especial, impactante, con la rítmica ancestral y contagiosa del candombe uruguayo, un lenguaje que te llega sin hablar, casi atemporal, aplaudida con impresionante entusiasmo por el numeroso público presente. Un momento realmente entrañable.Una experiencia insólita y emocionante también para el trío, puesto que encargamos la pieza a Taramasco (que además de ser un gran amigo es un compositor inspirado), y tuvimos la suerte de vivir en directo su creación, expresando con toda confianza nuestras opiniones y preferencias. El resultado definitivo de una interacción tan estrecha nos hizo sentir especialmente a gusto a la hora de tocar.         Ahora estoy pendiente de una obra suya para piano solo. 

     ¿En algún momento ha pensado en componer música?

La interpretación y la composición no son fácilmente compatibles ya que ambas necesitan mucha dedicación. Tuve épocas, coincidiendo con los últimos cursos de armonía, en las que me dio por componer: piezas para piano, un cuarteto de cuerdas y varias canciones.Pero en este momento tan atareado de mi carrera no tengo especial inquietud, incluso por falta de tiempo.Componer requiere de una sólida técnica que se logra con un gran esfuerzo y muchas horas de trabajo. De todas formas no lo descarto definitivamente.

  Ud. ha actuado prácticamente por toda España y parte de Europa (Alemania, Suiza, Italia, Rusia, Rumanía, Portugal) y ha realizado varias grabaciones para RTVE y RNE. Hablemos ahora de los proyectos futuros 

Realmente gracias a los concursos que gané me salieron muchos conciertos y he podido tocar, de solista o con orquestas de gran prestigio, en auditorios muy importantes.Mis proyectos más inmediatos incluyen una gira de seis recitales por los principales escenarios de Aragón y varias galas líricas con relevantes figuras del canto internacional.En junio tocaré un recital en la Muestra del Teatro de Alcoy: una iniciativa estimulante y novedosa surgida entre el binomio danza-música original española para piano, con una coreografía hecha a medida.Finalmente mi reto más ambicioso será el 25 de julio, en el Festival del Convent de Blanes (Girona): tocar en la misma tarde los dos conciertos para piano y orquesta de F. Chopin.

Un vicio y una virtud que le persiguen. 

Me estoy acordando de un refrán escocés: “todo lo que se te hace imprescindible para vivir es un vicio”. Desde luego el mío es la curiosidad: el excesivo interés que tengo por todo. A veces mis inquietudes me abruman y me tengo que esforzar para que no me impidan concentrarme a fondo.            Mi mejor calidad es seguramente la responsabilidad. 

El sueño que coronaría su carrera de músico. 

 Me gustaría seguir teniendo siempre la misma ilusión y las mismas ganas de trabajar que tengo ahora. El éxito sería una consecuencia inevitable. Además me apetecería enfocar mi carrera hacia una proyección más internacional. 

Sólo puedo llegar a la conclusión que, si hemos perdido un válido diplomático, hemos ganado un pianista de distinguido relieve y de extraordinario talento,  una figura a nivel nacional que seguirá siendo nuestro mejor embajador en el extranjero. Gracias, Maestro, por regalarnos su atención y su paciencia.   Gracias a Ustedes, ha sido un gran placer.                                                                                                                                                                                    

 

Última actualización el Sábado, 20 de Junio de 2009 09:55