El jazz como forma musical asentada en todos los países europeos, es por su esencia y en su definición una forma susceptible de ser mezclada o fusionada. Son múltiples las formas de fusión que enriquecen al jazz y lo convierten en una música viva, vibrante, que obtiene de cada país savia nueva con la que alimentarse. De entre todos los proyectos jazzísticos traemos hoy la figura de un coloso del Jazz: Tord Gustavsen, que junto a su trío lleva a las últimas consecuencias un proceso inverso al de fusión, para crear un jazz minimalista que es realmente asombroso.
Gustavsen eleva el jazz reduciéndolo, simplificándolo a la pura esencia del sonido perfecto y meticulosamente aderezado con matices que crean una forma musical en sí.
Su último disco The Well es una culminación de ese jazz nórdico que tanto gusta. Como parte de un proceso en el que ya marcó una época el Sbjörn Svensson Trio (E.S.T); Gustavsen y su grupo perfeccionan esa alquimia musical, que casi matemática dota de calidez a cada nota. Changing Places, The Ground y Being There son los tres discos precedentes que van marcando un camino que, como por raíles, permite a Gustavsen ir avanzando en la idea de un jazz que puede ubicar al noruego en lo más alto del panorama actual. Su música es exacta, perfecta, no sobra ni falta nada, mejora al silencio, para cumplir las premisas de ECM, no admite sobresaltos tan incómodos siempre en la escucha de jazz. Nada molesta más que desear escuchar un jazz tranquilo y verse sorprendido por la estridencia de algunos temas que rompen el hilo argumental de lo que un cierto estado de ánimo parece requerir. Gustavsen sorprende evitando las sorpresas, sus discos mantienen el argumento sin defraudarse, crecen a cada tema y mejoran a cada escucha.
Tord Gustavsen Trio crea en la actualidad el jazz más perfecto que puede escucharse, sus creaciones son dignas de ser esculpidas en hielo.