AUDITORIO NACIONAL.MADRID.
SEPTIEMBRE 2012
La Orquesta Santa Cecilia comenzó el curso a lo grande. Mozart para empezar. ¿Se puede empezar mejor? Un año, de nuevo marcado por las apreturas económicas que hacen que las orquestas deban reinventarse, para obtener los recursos necesarios para llevar a cabo su imprescindible misión. Es complicado programar y acertar con los gustos que hagan que el público desembolse una cantidad para pasar un rato de buena música. Lejos de experimentos que tan poco gustaban a Eugenio D´Ors la serie grandes clásicos lleva al escenario del Auditorio Nacional lo mejor de la composición de los grandes maestros. Ciclo imprescindible para volver a las esencia de la música que siempre se alimentará de melómanos que ya hayan dado un vuelta completa al repertorio y deseen regresar a "casa" como de nuevas generaciones que se acercan a descubrir por primera vez la magia de la música más bellla jamás creada-. Alentador fue ver entre el público a gran cantidad de gente joven, curiosamente en mucha mayor medida que en otros ciclos de programación más contemporánea. Mozart llama a jóvenes y ancianos, Mozart es toda la música, el valor más seguro de la historia de la música.
Excelente la Orquesta Santa Cecilia, dotando a Mozart del propio Mozart , lo que en los tiempos que correnes casi un lujo, donde muchos creen poder estar situados en la posición de poder reinterpretarlo y dotar a sus composiciones de un marchamo de modernidad. ¿Quienes nadie para matizar a Mozart? Santa Cecilia estuvo en Mozart, sin innovaciones superfluas. Bajo la batuta del gran Janos Kovacs acometió la obertura de las Bodas de Figaro para continuar conel siempre bellisimo concierto para clarinete K622. Vicente Alberola lo interpretó conla suficicencia propia de un músico de su categoría,gran interpretación, sin alambicamientos. Músico sobrio y generoso.
Posteriormente la Gran Misa K427, siempre excelsa, sobrecogedora, que pone en evidencia el manejo de Mozart sobre la voz humana y su incardinación enla perfecta orquetsación ad maiorem gloria Deo. Aqui no hay trampa, Mozart exige el máximo y el máximo dio el coro que traslució gran entusiasmo y Ana Nebot, soprano, en laparte más exigente, asi como Pepa Gracia -Maciá. Les acompañaron Roger Padullés como tenor y el vallisoletano Alfonso Baruque.
Delicioso concierto para empezar dela mejor manera que puede hacerse..con Mozart.
Invitamos a nuestros lectores a presenciar en directo conciertos de la Orquesta Santa Cecilia, en la serie grandes clasicos podrán disfrutar los melómanos de las páginas imprescindibles delacomposición y es, además un excelente ciclo para la iniciación en la música clásica de quienes no estén familiarizados con ella.
Nuestro agradecimiento a Fundacion Excelentia