ConfutatisWeb

  • Aumentar fuente
  • Fuente predeterminada
  • Disminuir fuente
Home Discos Discos MOTHERLAND

MOTHERLAND

E-mail Imprimir PDF

 Kathia Buniatishvili es una de las pianistas de la nueva generación que se ha consolidado ya entre los referentes de los talentos del nuevo siglo. Nacida en Georgia con solo 26 años su nombre suena en las principales salas de conciertos de Europa. Su grabación de Chopin para Sony fue realmente llamativa, llena de colores en una interpretación sensible y perfectamente concebida.  También Liszt ha sido moldeado por las dulces manos de Khatia, ofreciendo un bellísimo concierto junto a la Orquesta Nacional de España este noviembre.

Su nuevo disco Motherland es un compendio de sensaciones de infancia, de primeras músicas, de belleza que se lleva en los genes. Kathia deslumbra con su ternura y dulzura, heredera quizás de un concepto que ha exhibido durante años Marta Argerich, en las antípodas de la espectacularidad agresiva que puede mostrar Lang Lang por ejemplo. Kathia vuelve a la senda de ese piano europeo, sensible y poderoso, recibiendo su poder de ese gusto por el detalle, por el sonido más cálido. El disco Motherland es una auténtica delicia: sonido exquisito, interpretación pausada, como con tiempo para recrearse en ella, para degustarse en una tarde de frío otoño. Desde Bach a Slovanic, pasando por Arvo Pärt  el disco recrea la música ancestral europea, combinando ésta con las visionarias creaciones de la mejor tendencia de modernidad que se puede escuchar en el panorama musical continental.

 

Asociados


Newsflash

kaadish

 

KADISH POR MAHLER ARNOLDO LIBERMAN

SEFARAD

 

Es difícil reseñar el libro de un amigo porque uno cae en las redes de la sospecha, bien es cierto que si el amigo es Arnoldo Liberman toda sospecha se disipa, ya que el bueno de Arnoldo no necesita amigos que reseñen sus libros porque somos sus amigos los que buscamos a sus libros y no a la inversa. En esta ocasión entona un Kadish por Mahler; si supiera Mahler lo mucho que le debe a Arnoldo, le compondría una Canción para un compañero de viaje. Arnoldo describe como siempre ese hito vital que es para él, y para muchos de nosotros, la Viena finisecular. Ese entorno del fin del mundo ese “Austria Erit in Orbe ultima” ese barranco al abismo en el que existió Mahler, ese triple apátrida, ese mundo de última cultura que esperó a los bárbaros, cuando estos ya le habían hecho a Zweig dudar de la vida. Arnoldo preciso y precioso como siempre, con su pureza cristalina y límpida, profunda y sincera como una Canción a un niño muerto.