Fabrizio Paterlini se ubica en la senda de la música limpia llena de una sonoridad exquisita que envuelve de forma mágica, sin estridencias, como lo hace el arte verdadero que cala silente, como no queriendo hacerse notar , para dejar su huella imperecedera. En la línea de esa evocación introspectiva, del camino que iniciara Satie, Paterlini es junto a Roberto Cacciapaglia y Ludovico Einaudi uno de los máximos exponentes de esa música inclasificable, que pica de aquí y de allí, que toma un poco de esto y un poco de otra cosa, pero que da como resultado melodías de mayestática simplicidad, bien adornadas con una elegancia interpretativa que está teniendo enorme éxito en los países de nuestro entorno. Menos comercial, que Einaudi, Paterlini, combina la cadencia de un concepto casi jazzístico, con un concepto clásico que dota a su música de una limpieza y sonoridad formidables.
Sus trabajos, expuestos de manera brillantes el su disco Live in Bratislava, alternan suaves melodías con obras de mayor profundidad compositiva que recuerdan al primer Glass. Desde un punto de vista conceptual la música de Paterlini abarca un espectro amplio lleno de matices que lo hacen digno de escucha sosegada.