Nuevo disco de Helene Grimaud en el sello amarillo, esta vez lleno de perspectivas. La mirada adelante pero de reojo mirando ya hacia atrás en una carrera dilatada y llena de éxitos. Grimaud habiendo superado escollos vitales, presenta un nuevo trabajo con parte de sus partituras favoritas. Llena de matices y sensibilidad sus interpretaciones mas notables en un disco que forma parte de lo mejor de sus últimos trabajos sin ningún género de duda. Bach, Debussy, Mozart, Beethoven, Bartok reunidos en las sensibles manos de esta pianista que acaricia un modo interpretativo que complementa la fuerza vigorosa de otros grandes divos del piano. Grimaud sigue atrayendo a un público fiel, y sobre todo a un público joven lo que es una noticia de elevadas proporciones; la renovación generacional en los auditorios y en la escucha de la música clasica es algo que conlleva presupuestos estéticos que Grimaud cumple, y su sello lo sabe. Es época de compendios, de discos que combinan piezas de furza expresiva con otras mas delicadas y melancólicas y en este tránsito Grimaud se sitúa con maestría con trabajos elegantes como el que recomendamos