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Erroll Garner

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Erroll GarnerLa viva imagen del swing hecho hombre. Un tipo tranquilo y entrañable, ese era Erroll.

El nene o el Niño de Art Tatum se convertiría en uno de esos personajes que llenan

 de nostalgia melancólica todo lo que tocaron, cuando ya no están. Su familia rebosaba pianistas por todas partes, pero a Erroll le entretenía más jugar y escuchar a su s hermanos que sentarse a practicar . Poco a poco fue haciendo propio el gusanillo de quien tiene el virus de la música bien anclado a los genes. Concursos de radio y televisión constituyen su primer entrenamiento , pero sustituir a Art Tatum es otra cosa. Esa sustitución, como tantas otras en la historia de la música , es providencial para una carrera que se verá iluminada por mil destellos de gloria.

Su evolución pasa por grabar junto a Charlie Parker nada más y nada menos que Ornithology, un tótem en la historia del jazz moderno. Más tarde en 1948 parís descubre a este tipo genial, todo bondad, que disfruta y hace disfrutar a quien le escucha de manera que todo parece pararse a su alrededor. Sus grabaciones para Columbia y  el disco Misty hacen de Erroll un referente.

Última actualización el Domingo, 01 de Febrero de 2009 19:45 Leer más...
 


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kavafis

 Conocido y estudiado siempre por su poesía, las prosas de Cavafis son en sí un complemento magnífico para el conocimiento de la personalidad del autor, de su tiempo y de esa Alejandría siempre mítica que camina en la historia,  siendo cruce de caminos entre oriente y occidente, entre lo árabe y lo griego, entre el ser y la nada.

 

Kavafis eterno, sus prosas no tienen desde luego el interés de su producción poética; algunos textos, meros diarios, otros, impresiones que no conforman un cuerpo definido en su producción literaria. Pero esas prosas recopiladas por Tecnos-Alianza, son el aderezo imprescindible para la comprensión de la personalidad de un autor que cabalga entre dos mundos: lo clásico, que se reviste siempre de esa melancolía que conforma un modo de acercarse a lo arcano; y lo moderno, con esos tiempos que cambian constantemente aniquilando el mundo de ayer, que recreó Zweig con idéntica melancolía. Los textos, son una amalgama de impresiones, exposiciones, teorías, y esa curiosa obsesión cavafiana por las medidas térmicas. Margarite Yourcenar ya lo hizo notar en su "A beneficio de inventario", Cavafis adora las temperaturas y demás mediciones. Hacer constar la edad de su protagonista, los grados al comenzar el día, al atardecer, a todas horas, dotan a los textos de veracidad meteorológica, no exenta de simpatía; de realidad extrema. Lejos de la anécdota, las prosas ayudan a ubicar con extrema exactitud a Cavafis, en su mundo, en su eterna circunstancia, siempre cambiante, en sus estados de ánimo pero inmutable en su realidad;  nos permiten ver su vida más allá de la Rue Lepsius, conforman la realidad privativa de un hombre que a veces se nos puede diluir entre los textos de Forster o Durrell. Cavafis, el alejandrino, el griego, el inglés, todo a un tiempo son estas prosas, ejemplarmente recopiladas.